Epidermólisis bullosa

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6.1. Preparación del entorno

  • Higiene de manos. Debe ser un hábito en nuestra vida diaria, antes y después de comer, amamantar, preparar la comida, utilizar el baño, realizar actividades fuera de casa, estar en contacto con sustancias orgánicas como heces y/o orina, etc. Debe realizarse SIEMPRE antes y después de realizar la higiene, cambios de apósito y cura de las personas con EB. El uso de guantes, que no es imprescindible, nunca sustituye a un buen lavado de manos. Puesto que en las personas con EB puede haber múltiples heridas al mismo tiempo, es imprescindible realizar un adecuado lavado de manos y/o cambio de guantes cuando cambiemos de zona a curar (por ejemplo: si estamos curando una herida en los pies y pasamos a curar una herida en las manos).
  • Entorno limpio y ordenado. Es importante disponer de una habitación dedicada a las curas, idealmente ventilada para disminuir el riesgo de infección, donde todo esté ordenado y sepamos en cada momento dónde encontrar lo que necesitamos y actuar de manera rápida. El instrumental debe estar limpio y en buen estado, y lo emplearemos si es seguro (por ejemplo, utilizaremos tijeras con punta redondeada y/o curvada hacia arriba si es posible).
  • Anticipación. Puesto que intentaremos que la cura sea siempre a la misma hora y siguiendo una rutina, lo ideal es disponer previamente de todo el material preparado: toallas limpias, material, apósitos recortados según los patrones corporales, vendajes a mano, etc.  
  • Distribución de tareas y “roles” durante la cura. Es recomendable, en la medida de lo posible, que cada una de las personas implicadas en la cura realice la tarea con la que se sienta más cómoda. Aunque dar apoyo durante la cura a la persona con EB es importante en todas las etapas de la vida, en los bebés y niños y niñas más pequeños, es fundamental el papel de la persona que distrae, sujeta y da confort.
Última modificación
Mié, 18/05/2022 - 11:27