Epidermólisis bullosa

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1. Tipos de heridas

Una herida se produce cuando la piel o sus partes internas pierden la integridad y, por tanto, desaparece una de las principales funciones de la piel: actuar como barrera protectora del cuerpo ante los agentes agresivos del entorno (microorganismos, temperaturas extremas, humedad, etc.).

Las heridas se pueden clasificar de diferentes maneras, teniendo en cuenta su causa, el tiempo de duración de la misma, su carga bacteriana, etc.

En las personas con EB podemos encontrar tanto heridas agudas como crónicas. Las heridas agudas se producen generalmente por accidentes, no suelen ser complicadas y cicatrizan rápido, esperablemente antes de 3 meses. Las heridas crónicas pueden durar meses y años, son más complicadas de cicatrizar y se consideran contaminadas, por lo que puede suceder que incluso un tiempo después de cicatrizar vuelvan a reabrirse. Idealmente éstas últimas deberían ser valoradas por una persona experta en EB.

Por otra parte, la carga bacteriana de las heridas nos indica qué cantidad de microorganismos están presentes en la misma: diferenciamos entre heridas limpias, contaminadas, colonizadas e infectadas. A continuación, mostramos un esquema de la evolución de las mismas y sus principales características y ejemplos (Figura 1).

Tipos de heridas según la carga bacteriana
Figura 1. Tipos de heridas según la carga bacteriana.

Para comprender mejor la diferencia entre los diferentes tipos de heridas según la carga bacteriana, planteamos el siguiente ejemplo: podemos imaginarnos a los microorganismos como “conquistadores” que van a un “poblado”, que sería la herida. En un primer momento, si el poblado está abandonado y no hay ningún tipo de habitantes, estaríamos ante una herida limpia (poco frecuente). En el momento en el que acuden “conquistadores” al poblado, pero se limitan a convivir con los habitantes autóctonos del pueblo, tendríamos una herida contaminada. Cuando los conquistadores empiezan a reproducirse y crecer cada vez más en número que los habitantes autóctonos, aunque los autóctonos podrían defenderse de la invasión, tendríamos una herida colonizada. Por último, si además de reproducirse e invadir el poblado comienzan a destruirlo y hacer daño a los autóctonos, tendríamos una herida infectada.

 

Por último, en este contexto creemos necesario explicar el término biofilm (Figura 2). Cuando una herida tiene biofilm es porque hay una agrupación de microorganismos que se comportan como una “comunidad”. Esta herida será muy difícil de tratar porque las bacterias han ido desprendiendo unas sustancias que forman una película protectora. Puesto que las heridas con biofilm son resistentes a los tratamientos, pueden ser difíciles de cicatrizar. Aunque no siempre es fácil identificar las heridas con biofilm, es importante observar signos de sospecha:

  • Aspecto de capa brillante, translúcida, sobre la superficie de una herida que no cicatriza.
  • Presencia de sustancias gelatinosas que se vuelven a formar rápidamente tras la retirada, a diferencia de otro tipo de tejido desvitalizado que suele tardar más en volver a formarse tras su desbridamiento.
  • Aunque el tratamiento de las heridas con biofilm es complicado, se recomienda realizarlo con estrategias combinadas: limpieza intensa, desbridamiento cortante siempre que sea posible (de manera cuidadosa), aplicación de antibacterianos locales (plata o polihexanida, por ejemplo) y antibiótico sistémico si está indicado por su médico/a.
Biofilm
Figura 2. Biofilm bacteriano en herida.

 

Última modificación
Jue, 22/06/2023 - 12:21