Epidermólisis bullosa

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7. Productos terapéuticos de cura y modo de uso

El producto de la cura por excelencia son los apósitos, cuya función es ayudar a mantener el entorno ideal para la cicatrización natural de las heridas. Existen algunas características que nos harán elegir los apósitos más aptos para las heridas a causa de la EB: no se adhieren al lecho de la herida ni a la piel circundante, no producen dolor en la retirada, tienen suficiente absorción para evitar la necesidad de cambios de apósito frecuentes, son cómodos y se mantienen en su sitio, son fáciles de conseguir y están disponibles en diferentes tamaños y formas, con capacidad de ser recortados.

TIPOS DE PRODUCTOS

Es importante conocer los principales tipos de productos genéricos para poder entender su uso. Estos se pueden clasificar según su presentación o estructura (tipo placa o apósitos, tipo malla o cinta y tipo amorfo: gel, crema o gránulos), según su función y según su composición. En los pacientes con EB es esencial elegir siempre productos que no presenten adhesivo y cuya aplicación y retirada es suave y respetuosa con la piel.

Existen productos que nos pueden servir, según su función, para cada una de las diferentes fases del TIME: limpiadores, desbridantes, antimicrobianos, absorbentes, humectantes, protectores, estimuladores del crecimiento del tejido sano, etc. A continuación, aparecen listados los principales productos usados en las heridas de EB según su composición:

  • Hidrogeles. Aportan humedad a las heridas secas y sirven para el desbridamiento autolítico. Suelen aplicarse como geles o cremas, aunque pueden estar disponibles en apósitos tipo gel sólido. Es importante diferenciar los hidrogeles de la vaselina, que es un producto lubricante no hidratante. La vaselina se puede utilizar en casos en los que no se disponga de material óptimo para lubricar las gasas secas y que no se adhieran a las heridas, para facilitar la retirada de costras o pieles secas, etc.
Hidrogel
  • Tules o mallas. Son los principales apósitos primarios que generan una capa protectora o “segunda piel” al aplicarse sobre las heridas. No son absorbentes, pero protegen de la fricción, la presión y los adhesivos. Suelen estar compuestos de silicona o productos suaves, se suelen adaptar bien a todas las formas del cuerpo. Debemos vigilar el tamaño de los huecos de la malla, porque a veces pueden dejar marcas en las heridas.
Tules
  • Espumas. Apósitos absorbentes que almohadillan y protegen las zonas expuestas a la presión o fricción. Pueden ser un apósito secundario.
espumas
  • Fibras absorbentes. Apósitos de gran absorción. En algunos casos se pueden quedar adheridos a la piel, por lo que es importante protegerla con apósitos primarios.
Fibras
  • Membranas poliméricas. Son un tipo de apósitos muy utilizados en pacientes con EB, muy absorbentes y con un componente limpiador en su interior. Suelen tener un efecto muy desbridante en las heridas, por lo que está indicado cuando hay heridas muy contaminadas que no mejoran, así como en las heridas dolorosas, ya que tiene un efecto osmótico y un grosor amortiguador que ayuda a manejar el dolor. Los primeros días de su uso puede aumentar la cantidad de exudado de las heridas, así como aportar un olor diferente.
Membrana polimérica
  • Carbón activo. Es un componente que puede estar incluido en apósitos de diferentes composiciones, ayudando a neutralizar el olor de las heridas. Si se combina en apósitos absorbentes o con plata puede ser una buena opción en heridas infectadas o tumorales.
carbón activo
  • Plata. La plata es un compuesto antimicrobiano que puede estar incorporado en productos de diferentes características (mallas, espumas, fibras absorbentes, etc.). Se debe usar con precaución durante periodos de tiempo reducidos, vigilando la aparición de reacciones alérgicas y resistencia de los microorganismos.  
  • Limpiadores específicos. Productos descontaminantes y desbridantes que se utilizan especialmente en lesiones muy contaminadas o sucias.
  • Otros productos: colágeno, ácido hialurónico, mallas descontaminantes, etc. Todos los productos, especialmente aquellos que se aplican en formato crema tópica, deben ser recomendados por un profesional sanitario. Se recomienda aplicar las cremas utilizando jeringas estériles o con las manos limpias. Es importante almacenar los tubos de cremas bien tapados y en zonas limpias para evitar el crecimiento de microorganismos en su interior.

En la actualidad son muy comunes los productos mixtos, que poseen una combinación de los componentes anteriores y de otros (ej: miel, yodo, agentes enzimáticos, etc.). Existen numerosas marcas comerciales para los mismos tipos de productos, por lo que es importante seguir las recomendaciones de los profesionales de referencia y guiarnos por los recursos disponibles en nuestro entorno. Puede ser que en algún momento alguien recomiende el uso de un nuevo producto o la persona cuidadora descubra algún producto que quiera probar. Esto se deberá comunicar siempre al equipo médico. Debemos tener en cuenta que ningún producto suele generar un “efecto inmediato” en la herida, por lo que suele ser necesario utilizarlo en varias curas para poder valorar su efecto.

ELECCIÓN DEL PRODUCTO

La elección del apósito estará guiada por la enfermera referente, pero hay muchos momentos del día a día en los que la persona cuidadora y/o la propia persona con EB podrá tomar decisiones sobre qué tipo de apósito necesita la herida en ese momento, teniendo en cuenta su disponibilidad y precio, cómo son tolerados y qué necesidades de cambio existen. Puesto que existe una amplia oferta en el mercado, se recomienda elegir aquellos apósitos que ofrecen varios beneficios y evitar la combinación de muchos apósitos en una misma cura y herida.

APLICACIÓN DEL APÓSITO

Es importante que el apósito cubra toda la herida, dejando unos 1-2cm de apósito fuera de la misma (más allá del borde de la herida). Si hay varias heridas cerca, siempre y cuando no haya signos de infección en una de ellas (en ese caso, se tendría que tratar de manera individual para evitar pasar la contaminación de una a otra), se debería intentar cubrir con el mismo apósito.

En caso de no disponer de apósitos muy grandes, se recomienda poner un apósito encima del otro para evitar que el roce entre los bordes pueda crear nuevas heridas por fricción.

Debemos vigilar que los apósitos queden bien sujetos para evitar que se deslicen, porque esto podría dañar la piel frágil o, si queda parte de la herida destapada, que ésta se adhiera a la ropa o a la ropa de cama. Por último, cuando sujetamos los apósitos, es importante permitir un movimiento lo más libre posible en la persona, para evitar que se produzcan contracturas a causa de las cicatrices posteriores (especialmente en los pacientes con epidermólisis bullosa distrófica recesiva).

Última modificación
Jue, 22/06/2023 - 12:23