Epidermólisis bullosa

El vestuario es un tema que suele generar muchas dudas a los padres y madres, especialmente en el caso de los de los lactantes y niños pequeños.

La ropa debe ser, en la medida de los posible, blanda y sin puntos de presión muy marcados (botones, cremalleras y costuras). En algunos casos puede ser útil dar la vuelta a las prendas para evitar que las costuras entren en contacto directo con la piel. También se recomienda vestir al niño con ropa fresca y cómoda y, en caso de pasar frío, tapar con mantas antes de vestirlo con prendas más invernales. Los tejidos que mejor se ajustan a estos niños son el algodón, el rayón y la seda. Si las rozaduras persisten, se pueden cubrir las zonas donde se producen con apósitos y vendajes para prevenir la aparición de nuevas ampollas.

Aproximadamente a partir del año de vida, el elemento del vestuario que más problemas da es el calzado. Es importante encontrar un calzado que permita al niño desplazarse de manera segura, que se ajuste bien y que evite la sudoración para evitar la formación continuada de ampollas, y que sea de suela plana. Las suelas de goma o similares calientan el pie, pero son más cómodas que las de piel y es interesante tener una plantilla de cuero en el interior para evitar el calentamiento. Los primeros calzados que pueden ser útiles son aquellos con forma de calcetín y con suelas de goma. Cuando los niños crecen y en los casos más graves, los zapatos ortopédicos son los más adecuados y además proporcionan apoyo (sobre todo en casos donde se hagan necesarios tacones de diseño especial o plantillas, por ejemplo).