Anomalías vasculares
Tumores y malformaciones vasculares
Las malformaciones vasculares ocurren debido a un error en el desarrollo del tejido embriogénico vascular, lo que significa, entre otras cosas, que generalmente están presentes en el momento del nacimiento. A veces pueden no ser visibles en el momento del nacimiento y aparecer un poco más tarde. Se consideran malformaciones vasculares porque, cuando se estudian al microscopio, se ve un aumento de estructuras vasculares y que han crecido de forma anómala, aunque el recuento de células endoteliales es normal. Crecen de forma proporcional a como lo hace el menor afectado ya que las células de los vasos anómalos no se multiplican más rápidamente. Las malformaciones vasculares no desaparecen por sí solas.
Por otro lado, en los tumores vasculares, al observar la muestra en el microscopio, sí se ve un aumento de las células endoteliales y se observa que proliferan de forma acelerada. Suelen aparecer después del nacimiento del paciente, un período que puede variar desde unas pocas semanas hasta varios meses o muchos años. Pero este dato no es el definitorio de un tumor vascular, pues hay algunos tumores que ya están presentes al nacer como los hemangiomas congénitos, el hemangioendotelioma kaposiforme, el angioma en penacho, y algunos granulomas piógenos. Algunos tumores vasculares pueden involucionar (mejorar o desaparecer) espontáneamente cuando las células que los forman entran en apoptosis (muerte celular).
Describiremos los tumores y las malformaciones como diferentes entidades.
Estas son las dos clasificaciones diferentes de anomalías vasculares. Son entidades diferentes pero muy a menudo confundidas, especialmente en el momento del diagnóstico.