Kit de herramientas Share4Rare para la defensa del paciente

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Riesgos en la defensa del paciente

La defensa del paciente conlleva algunos riesgos y es importante ser consciente de ellos y hacer un seguimiento. El liderazgo, la colaboración y la comunicación son esenciales para actuar de manera correcta y disminuir los riesgos, porque incluso la defensa bien planificada puede ser interpretada de distintas maneras. Una buena manera de empezar es rellenando un Análisis de riesgos.

Referencia: https://safetyculture.com/topics/risk-assessment/


La defensa del paciente puede ser peligrosa

Ciertamente hay algunos riesgos asociados a la defensa. Identificarlos y estar preparados para gestionarlos puede ser extremadamente útil.

Como defensor o defensora del paciente puedes enfrentarte a figuras poderosas que prefieran el status quo. Alterar el equilibrio que habían creado tiene el potencial para provocar una reacción que podría poner barreras en tu camino.

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Uno de los mayores riesgos es involucrarse en asociaciones industriales o políticas y realizar acciones y eventos públicos. Esto puede acabar dañando tu reputación o tus finanzas o tu relación con otras personas con las que te relacionas, socios o gobiernos.

Algunas reglas generales para minimizar los riesgos son:

  • Trabaja en asociación para repartir la responsabilidad y compartir el riesgo potencial.
  • Juzga qué riesgos son aceptables y cuáles debes evitar.
  • Planifica tu iniciativa para entender tu impacto y analizar las consecuencias.
  • Busca evidencias fiables que estén respaldadas por la ciencia y las estadísticas.

Evitando riesgos

Tu estrategia para la defensa del paciente debería evitarte confrontaciones en primera instancia. Si has diseñado tus metas claramente y eres imparcial y transparente sobre tus finanzas, deberías poder soportar el escrutinio incluso de las voces menos amigables.

Internamente, algunos ejemplos de donde puede provenir los riesgos son:

  • Pérdida de fondos.
  • Pérdida de equipo.
  • Fondos asignados incorrectamente.
  • Fondos malgastados.
  • Confrontaciones legales.
  • Riesgos tecnológicos.

Asegura durante tu etapa de planificación que tienes planes B para cada inconveniente que te pueda surgir. No diseñes tu presupuesto como si ya tuvieras todos tus fondos: deja siempre margen a la causa repentina de dinero.

Diversifica a tu equipo. Analiza si vas a aceptar financiación (¿de quién proviene y por qué?) y si la vas a asignar (¿por qué deberían obtener estos fondos, qué harán con ellos y a quién o quienes están conectados?).

Analiza los requerimientos legales de cada país en los que estés ejerciendo tu actividad para asegurarte que estás completamente cubierto ante pequeños riesgos como incendios, aseguradoras, permisos, tasas, etc. Un sistema de administración bien organizado te ayudará a resolver rápidamente estos conflictos.

Asegúrate que el equipamiento informático que usas funciona y que tiene un buen sistema antivirus. Los datos valiosos deben ser copiados y almacenados en un sistema seguro, sea en la nube o en un disco duro, para minimizar el daño si tu software se estropea. Pregúntate siempre: "¿cuánto necesito estos datos?" y protégelos de manera acorde. Si ocurriese lo peor podrás acudir a la última copia que hiciste. 

Para preparar tu presupuesto utiliza nuestra plantilla Crear un presupuesto.


Preparándote para los riesgos

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Prepárate para que las cosas a veces salgan mal. Algunos consejos que deberías seguir para anticipar los riesgos son:

  • Vigila el entorno en el que operas y la gente con la que tratas.
  • Sigue las noticias políticas que puedan afectar a tu estrategia o aquellas relacionadas con las figuras con las que colaboras.
  • Ten una estrategia de prensa y un protocolo preparado incluso si eliges no tratar con los medios para exponerte. 
  • La defensa requiere un poco de riesgo para llegar lejos. Decide cuánto riesgo estás dispuesto a aceptar y dónde está la línea roja que no querrás traspasar.
  • Si te saltas una barrera importante, como recibir amenazas o que organismos gubernamentales se nieguen a cooperar, lleva a cabo un análisis de riesgo y decide cómo continuar.

Lidiando con riesgos

Acepta que, independientemente de lo bien que lo hagas, puedes acabar enfrentándote a ciertos riesgos.

Habrá personas o instituciones que no querrán trabajar contigo o implicarse en el tema que defiendes. También podrían pensar que pueden perder fondos si tú los ganas. Sin embargo, también habrá temas más serios que gestionar como los conflictos de interés, las malas prácticas o la apropiación indebida de fondos.

¿Cómo se gestionan estos serios problemas? La mejor aproximación es colaborar con tu equipo (si lo tienes) u otros defensores en los que confíes que no estén involucrados en el tema que defiendes.

Lo mejor es resolver el conflicto desde abajo e ir escalando. Por ejemplo, hablar directamente con la parte opuesta para resolver el conflicto y convenir una reunión donde ambas partes estén representadas por igual.

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Llevar el tema directamente a los medios podría precipitar una mala resolución y solo debe ser usada como medida en última instancia. Incluso cuando respondas a una exposición mediática que otra parte ha iniciado de manera hostil, mantener la calma y ser razonable ante sus acusaciones reducirá el riesgo para tu reputación.

Cuanto más rápido y más simple sea la solución, más probable será que controles ese elemento hostil.

Aún así, hay algunos temas importantes (fraude, abuso de pacientes, contrabando de medicamentos) que deben ser llevados ante las autoridades.

Última modificación
Jue, 28/01/2021 - 15:35