Kit de herramientas Share4Rare para la defensa del paciente

Decide tu enfoque

¿Eres una víctima, un rebelde, un héroe, un monstruo o un experto? ¿Quién crees que es más apropiado o atractivo para tu audiencia? El tono de tu mensaje será completamente diferente según a quién quieras dirigirte o qué quieras conseguir.

Como defensor o defensora deberás conectar constantemente con tu audiencia y hacer de tu defensa parte de su vida. Las conexiones y relaciones juegan un papel vital. La manera en la que les transmites tu mensaje determina tu personalidad y cómo tu audiencia conectará contigo.

Hay muchos enfoques que puedes adaptar para hacer llegar tu mensaje. Antes, necesitas entender las diferentes percepciones y cómo esto influye en tu relación con los demás.

Foto de Anika Huizinga en Unsplash

Eeva Hurmalainen, la responsable de comunicaciones de UNA Finland, explica que hay 5 roles que sirven como base para construir un mensaje que pueda ser transmitido: la víctima, el rebelde, el héroe, el monstruo o el experto. Después de haber elegido el enfoque de tu mensaje puedes empezar a crearlo y diseminarlo.

Empieza con los interesados en recibir tu mensaje

Primero, dile a la gente por qué deberían estar interesados en lo que tienes que contarles, por qué necesitan escuchar tu mensaje. Esto captará su atención. Solemos tender a hablar primero de quiénes somos y lo que hacemos, de manera que cuando llegas al mensaje principal has perdido el interés de tu audiencia. Empieza explicando por qué lo que haces es importante para ellos.

Habla a la mente, corazón e impulso

Todas las personas diferentes y reaccionan a diversos argumentos, así que intenta usar cada una de las siguientes categorías en tus mensajes:

• Argumentos racionales: estadísticas, resultados de ensayos clínicos, declaraciones de expertos, etc.
• Emocionales: historias personales o de pacientes.
• Connotativos: una llamada a la acción. Debes explicar claramente qué quieres que hagan y por qué.

Sé conciso/a

La capacidad de prestar atención de la gente es más limitada cada día. Usa pocas palabras y sé visual. Inserta imágenes y gráficas, incluso vídeos cortos que expresen tu mensaje. Al principio verás tu mensaje como algo demasiado complejo para expresarlo de manera concisa, pero al final solo quieres una cosa de tu mensaje principal. Todo lo demás, puede esperar.

Déjalo claro

Asegúrate de que el lenguaje que usas sea lo suficientemente simple para que todo el mundo lo entienda, pero suficientemente profesional, correcto y completo para que los especialistas también se sientan cómodos con tu mensaje. No evites pero explica los términos e ideas médicas, legales, estadísticas u otras que puedas usar.

Foto de Samuel Zeller en Unsplash

Hazlo simple

Evita enviar demasiados mensajes mezclados en uno solo. El/la que lo reciba solo entenderá lo que quieres que haga. No los marees con muchas ideas, podrías perder el foco de lo que es importante.

Si de verdad quieres comunicar un mensaje complejo, usa guiones cuando sea apropiado y enfatiza las palabras importantes. De esta manera, el mensaje será fácil de leer y entender.

Hazlo diferente

¿Qué te hace único? ¿En qué eres diferente a otros que hacen lo mismo que tú? ¿Qué hace a tu mensaje único? Introduce la respuesta a estas preguntas en tu mensaje y al gente lo notará. Las personas son bombardeadas con cientos de mensajes de diferentes organizaciones cada día así que tienden a bloquearlos. En realidad, pasan del mensaje si tan siquiera mirarlo, así que ser diferente ayudará a captar su interés. Lo que te hace diferente es lo que llaman una ventaja competitiva y, en este contexto, compites por la atención de la gente.

Foto gratuita en Pixabay

Hazlo tuyo

Usa el mismo tono y lenguaje cada vez que envíes un mensaje. Usa siempre tu logo, tu nombre y detalles de contacto. La gente confía en lo que conoce y conoce lo que ven repetidamente. El mensaje cambia cada vez pero el logo, el nombre de tu organización y la plantilla deben aparecer de manera repetida para que la gente te reconozca.

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