Melanoma pediátrico
¿Qué es el melanoma?
El Melanoma es la proliferación descontrolada de las células del pigmento (melanocitos) de la piel. Estos tumores aparecen generalmente en forma de manchas color marrón o negro en la piel, porque las células siguen produciendo melanina. Ocasionalmente, se pueden presentar de color rosa o blanco. Estos lunares pueden ser llamados “atípicos” o “lunares malignos”.
El melanoma tiene el potencial de extenderse a través de la dermis a los demás tejidos del cuerpo. Cuanto más profundo se encuentre el melanoma dentro de la dermis, mayor es el riesgo de propagación a través de los vasos linfáticos o vasos sanguíneos a otros tejidos. Esta es la razón por la que es tan importante detectar el melanoma con antelación, para prevenir su dispersión. La mayoría de los melanomas se pueden tratar y curar si se detectan a tiempo, antes de que se haya extendido.
Como se mencionó anteriormente, estos tumores se originan en los melanocitos, células productoras de melanina (pigmento), que se encuentran en la capa basal de la epidermis. La acumulación de daño en el DNA es responsable de las mutaciones que causan el crecimiento descontrolado de las células, especialmente en aquellos que están genéticamente predispuestos a la enfermedad.
Fases del crecimiento del melanoma
El melanoma cutáneo (melanoma originario de la piel) crece y se extiende en dos fases, llamadas fase radial y fase de crecimiento vertical. Durante la fase de crecimiento radial el melanoma crece horizontalmente a través de la superficie de la piel. El riesgo de propagación del melanoma en esta etapa es muy bajo. La fase de crecimiento vertical empieza cuando el melanoma invade más profundamente en las capas de piel, la invasión de la dermis es el primer paso. Cuanto más profunda es la invasión, más peligroso es el melanoma, debido a su capacidad para infiltrarse en el torrente sanguíneo o en el sistema linfático, y consecuentemente extenderse a partes distantes del cuerpo.