Osteogénesis imperfecta

Los dientes desempeñan un papel muy importante en la masticación, pero también intervienen en la correcta articulación del lenguaje y en la estética y expresión de la cara, que se verá alterada con los cambios de coloración, posición y/o ausencia de piezas dentarias.

Los dientes están formados por una parte externa y visible llamada corona y una parte incluida en el hueso maxilar, llamada raíz. En la figura 1 podréis localizar las diferentes partes de los dientes. La corona está recubierta en su parte más externa por el esmalte dental. Es una estructura calcificada y altamente mineralizada, muy dura, cuya función principal es la de proteger el diente frente a las erosiones y desgaste.  Por debajo del esmalte se halla la dentina, una sustancia rica en colágeno tipo I, que penetra en el maxilar para formar la raíz del diente. El cemento es una capa dura que recubre la dentina a nivel de la raíz y se encarga de unir el diente con el hueso. Finalmente, en la zona más interna se encuentra la pulpa dentaria que alberga los vasos sanguíneos y los nervios. 

La dentición temporal (popularmente llamada como dientes de leche), es la que aparece en la infancia y está compuesta por 20 piezas dentarias. A medida que los maxilares crecen, esta dentición será reemplazada por la dentición permanente, compuesta por 32 dientes. En función de la forma, longitud de la raíz y número de raíces, se distinguen diferentes tipos de dientes:

• Incisivos: son los dientes más anteriores, con forma de cincel y una única raíz
• Caninos: con corona de forma más triangular y una raíz larga.
• Premolares: con la corona con dos cúspides y una única raíz
• Molares: son las piezas más grandes y posteriores, con la corona con 4 o 5 cúspides y con 2 o 3 raíces.

La dentición permanente está compuesta por 8 incisivos, 4 caninos, 8 premolares y 12 molares (Figura 2).