Dermatomiositis juvenil

Las manifestaciones cardiacas, especialmente las graves, son poco frecuentes en pediatría. Los pacientes pueden presentar inflamación del tejido cardíaco (miocarditis) y/o presencia de líquido en la zona del pericardio (derrame pericárdico, pericarditis). En función del grado de afectación el paciente puede estar asintomático o presentar dolor torácico, cansancio, incapacidad para el esfuerzo… En ocasiones pueden aparecer alteraciones del ritmo cardíaco (arritmias), generalmente asintomáticas.

La presencia de enfermedad cardíaca puede condicionar el tratamiento inmunosupresor.  

Esta valoración la realiza el cardiólogo pediátrico mediante una exploración física del sistema cardiovascular que complementa con pruebas como el electrocardiograma y ecocardiograma.

• Electrocardiograma: Consiste en aplicar unos electrodos con forma de pegatina sobre el tórax conectados a unos cables que van a un aparato de registro. Se mide así la actividad eléctrica del corazón y da información sobre cómo se propaga el impulso eléctrico. 
• Ecocardiograma: valoración de la estructura y contractilidad del corazón mediante ultrasonidos. Se realiza mediante la aplicación de una sonda con gel de conducción sobre el tórax del paciente.

En caso de que estas pruebas muestren alteraciones se valorará la necesidad de ampliar el estudio y/o modificar el tratamiento inmunosupresor.

En los pacientes con alteraciones en el estudio basal y en los que presentan una enfermedad de difícil control, hipertensión arterial, actividad crónica o tratamiento prolongado con altas dosis de corticoides, los controles deben realizarse de forma más frecuente.