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Estibaliz Urarte
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La importancia de los biomarcadores en el desarrollo de fármacos

Medicamentos
La investigación en el ámbito del desarrollo de medicamentos está centrada en muchos casos en la búsqueda de biomarcadores, ya que gracias a ellos podemos saber si nuestro fármaco está funcionando. En este artículo explicamos qué son los biomarcadores y por qué son importantes a la hora de diseñar nuevos tratamientos.

Un marcador biológico biomarcador es una molécula que permite medir de forma fiable un estado de salud o una enfermedad. Se puede utilizar para detectar la enfermedad, un cambio fisiológico, una respuesta al tratamiento o un trastorno psíquico. Por ejemplo, los niveles de glucosa se usan como biomarcador para controlar la diabetes y las resonancias magnéticas cerebrales pueden proporcionar información sobre la progresión de una esclerosis múltiple.

Los biomarcadores se usan en muchos campos científicos y también en las diferentes fases del desarrollo de fármacos. Dado que la precisión de los biomarcadores puede variar, no todos son adecuados para el desarrollo de fármacos, es decir para medir su eficacia y efectividad.

Los biomarcadores se pueden emplear para medir:

  1. Procesos biológicos normales del organismo, como la frecuencia cardíaca, la presión sanguínea, la temperatura, etc.
  2. Procesos patológicos (enfermedad) del organismo. Por ejemplo, para saber en qué fase de la enfermedad nos encontramos.
  3. Respuesta a un tratamiento o medicamento. Por ejemplo, para saber si un tratamiento de inmunoterapia está funcionando, se medirán ciertas moléculas y se sabrá si vamos por el buen camino o no.

Algunos ejemplos de biomarcadores son:

  • Las sustancias biológicas, como las enzimas (sustancias biológicas que provocan cambios en el organismo y aceleran o catalizan las reacciones químicas en nuestro cuerpo), las cuales se pueden encontrar en muestras de sangre o tejidos (por ejemplo, en el caso del cáncer).
  • Las alteraciones genéticas: metilación del ADN, es decir, cambios químicos específicos que experimentan algunos genes o fragmentos de ADN y que determinan si se expresan o no en forma de proteínas, nivel de expresión de ciertos genes, etc. 
  • Las imágenes médicas, como las resonancias magnéticas (RM) o las radiografías. Parámetros cuantitativos que se extraen de imágenes radiológicas tras aplicar modelos computacionales a las imágenes.

Objetivos del uso de biomarcadores

Los dos objetivos principales del uso de biomarcadores en el campo del desarrollo de fármacos son los siguientes:

1. Mejora de los procesos de desarrollo de fármacos

La finalidad de los ensayos clínicos es medir las respuestas de los pacientes a un tratamiento. Si no es posible medir la respuesta directamente, los biomarcadores pueden ser un método alternativo para medir un resultado (mediante criterios indirectos de valoración).

Un ejemplo claro del uso de un biomarcador como criterio indirecto de valoración es el desarrollo de antirretrovirales para el tratamiento de la infección por el VIH. Anteriormente, los estudios se basaban en criterios objetivos de valoración, como la progresión de la infección por el VIH o la supervivencia de los pacientes. En la actualidad, los cambios en ciertas células (por ejemplo, en la concentración de linfocitos T CD4) y los cambios en la concentración plasmática de ARN del virus se pueden usar como criterios indirectos de valoración.

2. Personalización del tratamiento

La investigación en el campo de los biomarcadores está contribuyendo a mejorar la predicción del riesgo de padecer una enfermedad, la evolución de una enfermedad una vez diagnosticada y la respuesta de una persona a un tratamiento farmacológico. Esto permitirá tomar decisiones más seguras y eficaces por lo que respecta al tratamiento.

Por ejemplo:

  • El nivel de azúcar en la sangre de un paciente se puede usar para controlar su respuesta a un tratamiento de la diabetes.
  • Las imágenes de resonancias magnéticas (RM) cerebrales de un paciente se pueden usar para controlar el progreso de la esclerosis múltiple.

Además, a través de disciplinas científicas como la genómica (análisis de los cambios en los genes), la proteómica (análisis de los cambios en la concentración de proteínas) y la metabolómica (análisis de las diferencias en las moléculas químicas que intervienen en el funcionamiento del organismo o las células), cada vez se descubren más biomarcadores, de gran utilidad para el diseño de nuevos tratamientos personalizados.

 

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