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Estibaliz Urarte
Manager de comunicación

Intervenciones asistidas con animales: una gran herramienta para el acompañamiento y el tratamiento en pediatría

Perro de asistencia CTAC
En 2009 el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona (HSJD) se convirtió en el primer hospital de Cataluña y de la península en crear una unidad estable de intervenciones asistidas con perros. Hablamos con Eva Domènec, del Centro de Atención de Terapias Asistidas con Canes (CTAC), sobre este interesante recurso.

La introducción de esta innovadora herramienta llegó al hospital por iniciativa de Mª Josep Planas (Directora de Planificación HSJD) y Núria Serrallonga (Child Life HSJD), a través de CTAC (Centro de Terapias Asistidas con Canes), en el que Eva Domènec trabaja como técnica de intervenciones asistidas. «El proceso fue progresivo, muy estructurado y fundamentado en la evidencia científica disponible, y desde el comienzo contó con la aceptación tanto de los profesionales como de las familias que se visitaban en Sant Joan de Déu», recuerda Eva. Las primeras intervenciones se realizaron en 2010 y con el tiempo entraron a formar parte del programa Hospital Amic del Hospital San Juan de Déu, cuyos objetivos son hacer más amable la estancia de los niños y niñas en el hospital y trabajar objetivos terapéuticos mediante recursos “especiales”, como pueden ser los perros, los payasos, el arte expresivo o la música. Este programa lo coordina el equipo de Child Life, profesionales especializadas en acompañar y apoyar a pacientes y familias a lo largo del ingreso en el hospital.

«En 2012 se formó la Unidad de Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) del HSJD, que se encarga de llevar a cabo actividades con niños y niñas en espacios abiertos, salas de espera o un amplio espectro de sesiones de terapia llevadas a cabo por diferentes equipos profesionales en diversos espacios del centro », apunta Eva. La ayuda económica de la empresa Purina se empleó para la difusión de algunos de los programas de IAA, que fueron publicados en los cuadernos Faros.

Un vínculo milenario que mejora nuestra calidad de vida

Los vínculos afectivos entre perros y humanos son ampliamente conocidos y se remontan a la domesticación de los canes, que según los expertos se produjo hace más de 18.000 años. Cada vez tenemos más evidencias de que los perros pueden ser un potente recurso de apoyo en el desarrollo saludable de las personas y de que contribuyen a mejorar su calidad de vida. Eva nos explica que la primera persona que habló sobre el valor terapéutico de los animales en el ámbito familiar fue el médico James Bossard en 1944. «Bossard afirmó que los animales de compañía son una parte integral de la vida familiar y que debían considerarse como un factor básico de la higiene mental». Después llegó el psiquiatra Boris Levinson, que fue quien abrió la puerta a lo que actualmente conocemos como la Terapia Asistida con Animales.

Existen diferentes tipos de IAA en función de sus objetivos. En la terapia asistida con animales los profesionales de la salud abordan objetivos terapéuticos a través del vínculo humano-animal. «Los perros pueden ayudar a facilitar que el niño se tome la medicación, se motive para hacer desplazamientos activos, se relaje, se comunique, etc.», nos cuenta Eva. También hay intervenciones de carácter educativo, para recabar información del paciente — sobre todo en el primer ingreso de pacientes de psiquiatría —, intervenciones que buscan distraer y relajar a pacientes y familias en las salas de espera o a la hora de realizar procedimientos, como por ejemplo una extracción de sangre o una ecografía cardíaca.

Los perros del hospital

La Unidad de IAA del Hospital Sant Joan de Déu cuenta actualmente con 18 perros que han sido previamente seleccionados, adiestrados, formados, acreditados y supervisados a nivel veterinario para poder llevar a cabo su tarea junto a sus compañeros de trabajo: los técnicos en IAA del Centro de Terapias Asistidas con Canes, en cuyo equipo se encuentra Eva Domènec. Existen dos unidades de intervención formadas por un técnico y dos perros, que se van alternando para garantizar la realización de sus tareas y también cumplir con los periodos de descanso. Cuando se le pregunta por las condiciones de vida de estos perros, Eva responde: «Los perros del CTAC forman parte de nuestra vida, son nuestros compañeros de trabajo, pero también parte de nuestra familia. Los cuidamos y disfrutamos de ellos 24/7 velando por su bienestar físico y emocional».

Los periodos de descanso de los perros se siguen a rajatabla y para garantizar una interacción segura y saludable para las personas, se someten a controles veterinarios periódicos y pautas de higiene.

«Los perros del CTAC forman parte de nuestra vida, son nuestros compañeros de trabajo, pero también parte de nuestra familia. Los cuidamos y disfrutamos de ellos 24/7 velando por su bienestar físico y emocional» — Eva Domènec

El primer requisito para seleccionar a un perro para IAA es su adiestramiento en obediencia básica. «A partir de ahí están en continuo aprendizaje, adaptando sus capacidades a las necesidades de los diferentes programas en los que participan. Todo siempre a través de la motivación, del juego y del refuerzo positivo», puntualiza Eva.

Haciendo más llevaderas las intervenciones y las terapias

Las anécdotas entrañables se suceden en la unidad de IAA de Sant Joan de Déu, y dan prueba del éxito que tiene este servicio entre los pacientes y las familias que visitan el hospital. Eva recuerda un caso con cariño: «Un día llegó un niño al área de extracciones con un inmenso perro de peluche. Al verlo, la técnica le dijo: “¡Caray! Tú ya vienes con el perro puesto de casa” y el niño le contestó:Es que como no todos los días está Tuna (nombre de la perra) y ella me ayuda mucho cuando me pinchan, me he traído a Nono por si acaso”. La técnica le comentó que ese día tenían la suerte de contar con dos perros en lugar de uno, y el niño dijo dirigiéndose a su peluche: “Ven con nosotros y aprende de los perros del hospital”. En salud mental o en las actividades llamadas “jugamos a ser veterinarios”, en las que los niños simulan que realizan pruebas y cirugías a los perros, también hay historias muy bonitas». Cuenta Eva que en un curso de formación una alumna se acercó a los perros y les susurró que, cuando estuvo ingresada en Itaka — la unidad de hospitalización psiquiátrica de Sant Joan de Déu —comenzó a hablar de nuevo gracias a ellos.

La Unidad de IAA cada vez es más conocida y las familias incluso buscan los perros por el hospital. «Les encanta interactuar con ellos», cuenta Eva. «Una sonrisa, una caricia, comentarios, fotos y mil anécdotas que se pueden resumir en frases como: “mira los perros de las emociones”, “los perros que curan con mimos”, “me he emocionado”, “os estábamos buscando”, demuestran que esta herramienta es útil y valiosa para acompañar, tratar y asistir a los niños y niñas que vienen al hospital».

Evaluación del impacto de las terapias asistidas con animales

Cada vez hay más estudios científicos que evidencian los beneficios de la relación humano-animal mediante la implementación de las IAA y el HSJD ha participado en varias investigaciones que han obtenido buenos resultados. No obstante, en algunos casos, como, por ejemplo, en un escenario de final de vida de un menor, Eva explica que se hace complicado traducir en datos sus beneficios, y se emplea un enfoque más intuitivo. «Debemos seguir trabajando e investigando para poder compartir los beneficios de estas intervenciones con nuestro entorno, a la vez que damos un apoyo científico a esta increíble relación entre las personas y los perros que trabajan en intervenciones asistidas».

 

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