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Estibaliz Urarte
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Un cribado precoz puede detectar nuevos tumores pediátricos cuando existe una predisposición genética

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Un grupo de investigación del St. Jude Children’s Research Hospital ha demostrado que a través de un cribado precoz se puede detectar nuevos cánceres en pacientes pediátricos con una predisposición genética.

Gracias a los últimos avances en secuenciación genómica, ahora sabemos que 5-15% de los niños y niñas tienen una predisposición genética a desarrollar un tumor. Sin embargo, hasta ahora no teníamos claro cuándo empezar a vigilar su desarrollo. En este contexto, científicos del St. Jude Children’s Research Hospital (Memphis, EE UU) han demostrado que si se comienza esta vigilancia poco después de saber que el paciente tiene la predisposición genética, es frecuente descubrir uno o más tumores asintomáticos en estadios tempranos. En el artículo, publicado en JAMA Oncology, relatan que se pudieron extirpar la mitad de los tumores empleando solo cirugía, evitando así quimioterapias tóxicas o radioterapias. Estos hallazgos demuestran el beneficio de la vigilancia temprana aplicada a múltiples tipos de cáncer y condiciones de predisposición.

Para el estudio, se examinaron a 274 pacientes pediátricos con 35 enfermedades de predisposición diferentes durante una media de tres años. La vigilancia reveló tumores en 27 pacientes, desde neoplasias sólidas hasta tumores del sistema nervioso central.

Detección de segundos tumores y de tumores precoces

En el estudio se comprobó que con este cribado precoz se podía descubrir nuevos tumores mientras los pacientes estaban siendo tratados de un cáncer anterior. De hecho, se detectaron en el 17% de los participantes. Lo habitual es que estos tumores malignos se detecten una vez terminado el tratamiento del primer cáncer, por lo que puede que luego se desarrollen más de la cuenta y sea más difícil tratarlos. 

La vigilancia precoz también permitió detectar cánceres en estadios más tempranos., que habrían pasado desapercibidos porque casi todos los pacientes eran asintomáticos en el momento de su descubrimiento. Los especialistas podían extirpar la mayoría de ellos únicamente mediante cirugía, y se observó que el 70% de los tumores se extirpaban por completo sin dejar rastros microscópicos. Posiblemente, esto reduca mucho o elimine por completo la necesidad de aplicar quimioterapia o radioterapia, pudiendo prevenir los efectos secundarios del tratamiento a largo plazo, algo crucial en la población pediátrica.

Los resultados de este estudio benefician enormemente a la práctica clínica en el manejo del cáncer pediátrico, y demuestra que seguir protocolos de vigilancia estandarizados es una forma muy eficaz de detectar nuevos tumores en sus fases más tempranas y tratables.

*Fuente original de la noticia: Los niños con predisposición genética al cáncer se benefician de una vigilancia precoz normalizada

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Oncología
Investigación